Dejaré entre tus labios el recuerdo de un nombre…
grabaré en tus ojos una eterna mirada
convirtiéndome así en un vano fantasma
incapaz de decirte cuánto te ama.
Pasarás por la vida con estilo de gracia
como yo, otros hombres, te entregarán su alma,
repetirán tu nombre recordando tu cara
orgullosos así de que tú los besaras.
Pero si en las noches sientes una extraña nostalgia
y a solas en tu lecho, es a mí a quien llamas…
Verás sorprendida cómo el vano fantasma
recobra las formas ya por ti olvidadas.
ESTEBAN D. FERNÁNDEZ
(1988)
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