Puedes verme...
y el Mundo se hace inmenso y te canta,
un café y tu mirada estrenan la mañana…
a la sombra de un árbol y oculta entre las hojas
nace una flor que no existe
en las líneas sagradas del Tiempo…
solo para tus ojos abro -fiel- la ventana:
y te la obsequio.
Y sonríes, y tu risa desnuda de colores la Tierra
y mi voz se engrandece entre notas del alma…
un mensaje de ayer para hoy se levanta
y su huella es susurro en los labios del viento.
Un derroche de Azul en tu cuerpo desnudo
hace que a pleno sol brillen cruel las estrellas,
amanecen los ciegos con un cielo en los ojos…
amanece mi vida en la tuya entreabierta.
Y sonríes, y tu risa desnuda de colores la Tierra.
ESTEBAN D. FERNÁNDEZ
DEL POEMARIO: «EL DOBLAR DE LO INEFABLE»
(2024)
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