Aspiro a que estas palabras sean ininteligibles, porque lo que busco es precipitarme al fondo del abismo. Infierno o cielo, ¿qué importa? Hay que ir hasta el fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Vísteme… que voy desnudo


Quisiera hilar este verso de ternura,
-que se crece de sencillo- en el umbral de tu boca…
pa’ vestirme con la ropa de tus labios, paloma, que voy desnudo.
Me cubre apenas el susurro de la brisa que imagino eco en el tiempo,
y el vuelo de una caricia que anda vagando sin rumbo
se me hace que es tu pecho.

Me basta tu huella tibia para cubrirme del frío de esa hembra que es la luna…
y no sé si es muerte amante o frontera en el latido cuando sus rayos me alumbran,
me basta el árbol caído que hoy es leña de tu nombre en los campos de la vida
para hacer cruces de fuego
y ahuyentar con el incendio esas trampas de Mandinga.

Vísteme…
que ya se acaba la noche
y la lluvia va tocando con su furia en los tambores
una nueva melodía,

escúchame…
que los grillos van afinando sus alas en las hojas de los sauces
-de una patria que está lejos- pero es cerca como orillas,

vuélvete…
a mirarme como espejo que se lleva la corriente pa’ mostrarte río arriba
-el pueblo de mis fantasmas- entre alambradas de sueños
y un milagro de sonrisas,

óyeme…
en el grito de un silencio que destroza en su retumbo
los cristales de la vida. 

Quisiera hilar este verso de ternura,
-que se crece de sencillo- en el umbral de tu boca…
pa’ vestirme con la ropa de tus labios, paloma,
que llega el día.


Esteban D. Fernández
Del Poemario: “De lo que fue dictando un sueño”



No hay comentarios:

Publicar un comentario