Apostaría mi viaje hacia tu mundo
por hacerme visible en la piel del oráculo.
Entonces doblaríamos el tiempo… en el canto de un brujo,
en el soplo del viento que me marca los pasos,
en la Tierra en que vives, en la flor de tus labios.
Sin embargo,
aquí estoy en tu pulso y en el verso hecho carne,
ante ti, como siempre, voy desnudo al mirarnos,
y tus manos me tienen, y es en ellas el rumbo
de un camino de siglos por demás esperado:
de tu ser… a mis años.
ESTEBAN D. FERNÁNDEZ
DEL POEMARIO: «DESDE LA AMANTE SOMBRA» (2023)
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