Nunca
te puedo decir adiós
volviste mía,
pero solo como una estrofa de agua
que se pierde entre mis manos
y se escurre.
volviste mía,
pero solo como una estrofa de agua
que se pierde entre mis manos
y se escurre.
Qué raro todo.
Qué absurdo morir en ti hembra brava.
Me anclas a esta Tierra,
la distancia es lo que no te puedo dar
aunque solo tenga tus instantes
y tu presencia esquiva.
Me anclas a esta Tierra,
la distancia es lo que no te puedo dar
aunque solo tenga tus instantes
y tu presencia esquiva.
Me llevas loco,
quién lo diría... a mis cuarenta y dos,
caminando hacia atrás como un sonámbulo.
Y tu bendito cuerpo
endemoniado cuerpo que conquista el mundo
es un dolor dormido aquí en mi cama,
cuando lo busco y ya no está
vuelves a dejar en sombras esta casa.
es un dolor dormido aquí en mi cama,
cuando lo busco y ya no está
vuelves a dejar en sombras esta casa.
Esteban D. Fernández
Del libro de poemas: "Recuérdame"
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